viernes, 23 de noviembre de 2012

PUBLICACIÓN DEL SANTUARIO DE CHIMAYO, n.1



















Se acaba de publicar la primera revista digital del Santuario de Chimayo en español (Noviembre 23, 2012). Podéis tener acceso a la publicación a través del siguiente enlace: Publicación del Santuario de Chimayo, n.1. El primer número tiene como mensaje principal: "El invierno nos prepara para un nuevo comienzo".

Hacía varios años que me rondaba la idea de diseñar una publicación que acercara el Santuario a los hogares de los peregrinos y visitantes. A menudo recíbimos llamadas en el Centro de Bienvenida e Información del Santuario (505-351-9961) de personas que no pueden desplazarse hasta Chimayo, New Mexico, pero nos expresan su deseo de venir, de que oremos por sus intenciones, de conocer mejor la historia del santuario y las devociones católicas. También recibimos llamadas de personas que están planeando peregrinar al santuario y les gustaría conocer nuestro calendario de procesiones, exposiciones, charlas y celebraciones eucarísticas y penitenciales. Por otra parte, es un modo de mostrar nuestro agradecimiento a  los amigos del Santuario que periódicamente nos envían una donación para ayudarnos en el matenimiento y restauración de los jardines y lugares de oración y culto.

Creo que había llegado el momento de intentar una publicación de estas características. Fotografías, artículos, entrevistas, diseño... todo se hace "en casa", menos la impresión. La edición tiene dos formatos diferentes. El formato "papel" y digital será para la edición en lengua inglesa. Por ahora, la edición en español se publicará sólo en formato digital a través de internet. La periodicidad de la publicación es algo que estamos examinando. Deseamos publicar al menos cuatro números al año, abarcando las cuatro estaciones (invierno, primavera, verano y otoño), pero el Santuario acoge celebraciones y actividades religiosas que pueden merecer la publicación de un monográfico.

En este primer número tratamos temas como el Año de la Fe y las palabras que el papa Benedicto XVI ha dedicado a los santuarios de todo el mundo como lugares de encuentro, oración, reconciliación y evangelización. Nuestra atención también se ha puesto en los trabajos de restauración y mantenimiento de las paredes de adobe de la Capilla del Cristo de Esquipulas. Con mucha ilusión y agradecimiento informamos de la próxima beatificación de 19 mártires de nuestra congregación de Hijos de la Sagrada Familia. Hay que destacar que uno de los mártires es Pedro Roca, S.F., hermano del P. Casimiro Roca, S.F., por quien todos los peregrinos muestran un gran cariño por haber estado al servicio del Santuario durante más de sesenta años. Hemos entrevistado también al historiador y santero Charles Carrillo, que está escribiendo un libro sobre la historia del Santuario de Chimayo. Finalmente, encontraréis varias fotografias que han sido tomadas durante un "ligera" tormenta de invierno, que estoy seguro que gustarán a muchos lectores y amigos del Santuario.

por Julio González, SF.

viernes, 16 de noviembre de 2012

PEREGRINAR, por Julio González, SF.


Peregrinar es una actividad que ayuda al ser humano a crecer y a formarse humana y espiritualmente. Por eso, las peregrinaciones forman parte del calendario de todas las religiones y culturas. No nacemos siendo hábiles, sabios, fuertes, razonables, contemplativos... aunque si nacemos con la posibilidad de desarrollar estas capacidades. Todas las personas necesitan peregrinar para conocer lo mejor y lo peor de sí mismas y lo mejor y lo peor de los demás.

Por el camino, el peregrino se encuentra muchas veces con lo inesperado, con el desafío, el cansancio, el sufrimiento, la desazón..., pero también con el misterio, la sorpresa, la solidaridad, el consuelo, la inspiración... Todos esos momentos son puertas que se abren y se cierran sin que el peregrino pueda hacer nada más que pasar por ellas o quedarse en el umbral de la novedad. Y es ahí donde Dios le sale al paso sin que terminemos de comprender de dónde vino y hacia donde va.

El Santuario de Chimayo, en New Mexico, Estados Unidos, es un lugar de peregrinación, encuentro y sanación física, emocional y espiritual. Ciertamente, las personas llegan al Santuario de Chimayo movidos por diferentes motivos y anhelos pero para entender la espiritualidad y razón de ser de las capillas dedicadas al Cristo de Esquipulas y al Santo Niño de Atocha hay que fijarse y prestar atención a los peregrinos y a la espiritualidad del caminante.

Muy cercanos a los peregrinos se sienten los enfermos y doloridos que visitan a menudo el Santuario de Chimayo. El enfermo es una persona que siente mejor que nadie el paso de la vida y eso le convierte también en peregrino. Los sacerdotes del Santuario escuchan a menudo el testimonio de personas que han recibido el don de ser sanados. Pero, incluso "más importante que el don de la curación," dice el P. Julio González, S.F., "es haber recuperado el sentido de vivir, del sacrificio, del sufrimiento y del amor, todo lo cual exige una peregrinación sino en el mundo, al menos interior".

El Cristo de Esquipulas del Santuario de Chimayo, por Julio González, S.F.



Se trata de un crucifijo de seis pies de altura con unas características que lo diferencian de los crucifijos que encontramos en la mayoría de las iglesias de New México y Estados Unidos.

La primera peculiaridad es que la cruz está pintada de color verde. Intenta recordar cuántos crucifijos has visto en los que la cruz se haya pintado de color verde. Los hay, ciertamente, pero son pocos. El Cristo de Esquipulas está crucificado sobre una madero de color verde porque el artista nos quiere hacer ver que el árbol sobre el que murió Jesús de Nazaret es un árbol que trae vida.

Nadie ni nada que entre en íntimo contacto con Jesús se debilita y muere, por eso ya los Padres de la Iglesia hablan de la cruz sobre la que murió Jesus como el Árbol de la Vida. El color verde se ha utilizado aquí para transmitir vida y esperanza.

La segunda peculiaridad está relacionada con la primera. Si uno presta atención a la cruz del Cristo de Esquipulas podrá ver que de los maderos han brotado apéndices o comienzos de lo que serían varias ramas. La razón hay que encontrarla en la idea principal que el artista ha querido transmitir al pintar la cruz de color verde: la madera está viva y, por tanto, le salen ramas.

Para comprender de dónde le vino al artista (desconocido) la inspiración para tallar y pintar un crucifijo de estas características en Chimayo hemos de mirar hacia Centroamérica y, más concretamente, a Santiago de Esquipulas, en Guatemala (ir Contenidos de la Web: El Cristo Negro de Santiago de Esquipulas).

jueves, 15 de noviembre de 2012

ORACIÓN: por Ann Sieben, la peregrina que también ofrece sus pasos por nuestras oraciones

Os pedimos de añadáis a vuestras oraciones el nombre de ANN SIEBEN.

ANN es una peregrina amiga del Santuario de Chimayo que también lleva en sus bolsillos las intenciones de muchas familias y personas que se lo han pedido. Actualmente, está peregrinando desde Buenos Aires a la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en México. Ayer mismo recibí un e-mail suyo describiendo la dureza del terreno pero también los pensamientos, la oración y la contemplación que la animan e inspiran en su peregrinación. Dios te bendice y camina contigo, ANN.

En estos días, ANN sube por la costa de Chile. Se encuentra a la altura de Huasco y Carrizal Bajo en dirección hacia Perú.

El Cristo Negro de Santiago de Esquipulas (Guatemala)


El Cristo Negro de Esquipulas es una imagen de Jesús Crucificado venerada por millones de fieles de Centroamérica que se encuentra en la Basílica de Esquipulas, en la ciudad de Santiago de Esquipulas, Guatemala, a 222 km de la Ciudad de Guatemala.

La imagen del Cristo de Esquipulas es también conocida como el Cristo Negro. A lo largo de más de 400 años, la madera en que fue tallado ha adquirido una tonalidad más oscura debido al humo de las velas y el incienso.

Antes de la llegada de los españoles a Esquipulas los indígenas de mesoamérica reconocían el lugar donde ahora se levanta el Santuario del Cristo de Esquipulas como sagrado. Aquí daban culto al dios guerrero Ek Chuaj. Después de la conquista de Esquipulas en el año 1530, los misioneros españoles evangelizaron a los nativos.

En 1594, cuando la religión católica ya se había extendido por toda la región, las autoridades civiles y religiosas de Esquipulas aprovecharon una abundante cosecha de algodón para encargar una imagen de Jesús crucificado. Don Cristóbal de Morales contrató al escultor portugués Quirio Cataño, residente de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, para que tallara la imagen. El artista entregó el trabajo el 4 de octubre del mismo año de 1594.

El contrato original decía lo siguiente:

“En la Ciudad de Santiago de Guatemala, a los veintinueve días del mes de agosto del año mil quinientos noventa y cuatro, Cristóbal de Morales, Provisor de este Obispado, concertó con Quirio Cataño, oficial de escultor, que haga para el Pueblo de Esquipulas un Crucifijo de vara y media, muy bien acabado y perfeccionado, que lo debe dar acabado el día de San Francisco, primero que viene, y se han de dar por él cien tostones de cuatro reales de plata cada uno; y para en cuenta de los dichos cien tostones confesó haber recibido adelantados cincuenta tostones de los cuales recibió realmente y el se obligó a cumplirlo, y para ello obligó su persona y bienes y lo firmó de su nombre y el dicho Provisor. –Cristóbal de Morales - Quirio Cataño”.

Según la tradición, los habitantes de Esquipulas viajaron a la ciudad de Santiago de Guatemala para recoger la imagen y durante el viaje de regreso quienes la veían por el camino se quedaban admirados por su belleza y pedían que se quedara con ellos al menos una noche. Así se originó la tradición del peregrinaje para venerar la imagen del Cristo de Esquipulas. Finalmente, el crucifijo llegó a Esquipulas el 9 de marzo de 1595.

La tradición decía también que Quirio Cataño había utilizado madera oscura para que el Cristo se pareciese más a la piel de los nativos de Esquipulas, descendientes del pueblo Chortí; sin embargo, el arquitecto Eduardo Andrade descubrió durante su restauración que la madera había tenía un tono claro y que los años de exposición al humo de velas y las manos de millones de fieles le proporcionaron el tono oscuro.

La tradición enseña también que debido a que la población autóctona conocía la crueldad de los blancos se encargó al artista Quirio Cataño una imagen de Cristo en madera de bálsamo y naranja para que fuera aceptado más fácilmente por los nativos puesto que el color natural de aquella madera se parecía al color de su piel. Posteriormente, el humo de las velas y el incienso hicieron que la imagen pareciera más oscura de lo que originalmente era.

La imagen del Cristo mide cinco pies y la cruz es de color de verde oscuro además de estar decorada con enredaderas en relieve y hojas doradas.

En 1595 el crucifijo fue llevado a Santiago de Esquipulas y depositado en una capilla cercana a los arroyos de aguas medicinales. El crucifijo pronto se hizo famoso por los milagros que se le atribuían.

Alrededor de 1737, el Arzobispo de Guatemala, Pedro Fardo de Figueroa comenzó la construcción del santuario, terminándose en 1758, para albergar el crucifijo del Cristo de Esquipulas y acoger a las multitudes de peregrinos.

LIBROS: John Gaw Meem, Pioneer in Historic Preservation, de Beatrice Chauvenet





















John Gaw Meem, Pioneer in Historic Preservation
Beatrice Chauvenet
Museum of New Mexico Press
Santa Fe, New Mexico 1985

Este libro explica los esfuerzos realizados por el arquitecto John Gaw Meem y la Sociedad Preservacionista de Iglesias y Misiones de Adobe de New México para evitar que algunas de las históricas iglesias y misiones de adobe de Nuevo México quedaran reducidas a ruinas por falta de mantenimiento y restauración.

El capítulo quinto está dedicado al Santuario de Chimayo y no me parece una exageración decir que es la mejor explicación que hasta ahora se ha escrito sobre cómo el Santuario de Chimayo pasó de ser una capilla privada (los dueños eran una familia local del valle de Chimayo) a ser propiedad del arzobispado de Santa Fe, bajo el cuidado, primero, del párroco de la iglesia de Santa Cruz de la Cañada y, después, del párroco de la iglesia de la Sagrada Familia de Chimayo, siempre supervisada por la congregación religiosa de los Hijos de la Sagrada Familia, Jesús, María, y José, fundada por San José Manyanet en España.

por Julio González, S.F.

El primer santuario dedicado al Cristo de Esquipulas en Santiago de Esquipulas, Guatemala

CLIQUEA EN LA IMAGEN PARA UNA MEJOR DEFINICIÓN DEL MAPA
El Santuario del Cristo de Esquipulas en Santiago de Esquipulas, Guatemala, fue el primer centro de culto donde los fieles católicos adoraron la imagen del Cristo crucificado como Señor de Esquipulas, también llamado Cristo Negro.

La historia del Cristo de Esquipulas se remonta a los primeros tiempos de la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. Al sureste de la actual Guatemala, en la región donde ahora se ubica el Santuario del Cristo de Esquipulas, vivía una tribu indígena maya. Según algunos historiadores el nombre del jefe maya era Esquipulas y puesto que no opuso resistencia a la presencia de los españoles en su territorio éstos fundaron una población que llamaron Santiago de Esquipulas para honrar al caudillo indígena. Este enclave, con el tiempo, llegó a ser importante por el comercio y el culto religioso.

Sin embargo, hay otras explicaciones sobre la etimología y el significado del nombre Esquipulas (ver “Etimologías y significados de la palabra Esquipulas”).

– El primera hermita

La imagen del Cristo crucificado llegó a Santiago de Esquipulas el 9 de marzo de 1595. Fue colocada en una hermita pero a finales del siglo XVI las peregrinaciones eran tan numerosas que la hermita se quedó pequeña para recibir a tantos fieles, por eso, en el siglo XVII, cuando se construyó la iglesia parroquial, la imagen fue trasladada a la nueva parroquia.

– El Santuario de Esquipulas

En 1740, Monseñor Fray Pedro Pardo de Figueroa confió la construcción de un templo más grande a Felipe José de Porres, hijo de Diego de Porres y nieto de José de Porres, arquitectos antigüeños. Así es como mostraba su gratitud por la sanación que había experimentado cuando llegó muy enfermo al pueblo de Esquipulas. El prelado oró pidiendo su curación ante la imagen y esta gracia le fue concedida casi al instante. Todo esto ocurría en el primer santuario del Señor de Esquipulas, hoy la parroquia de Santiago.

Fray Pedro Pardo de Figueroa falleció el 2 de febrero de 1751 durante una visita al nuevo santuario en construcción. El nuevo arzobispo de Guatemala, Monseñor Francisco de Figueredo y Victoria, continuó la construcción del santuario. La dedicación se realizó el 4 de enero de 1759 por Monseñor Diego Rodríguez de Rivas y Velasco, Obispo de Comayagua, y Monseñor Fray de José Montezuma, Obispo de Ciudad Real, Chiapas. El arzobispo Figueredo no pudo realizarla por problemas de salud.

La imagen del Cristo de Esquipulas fue trasladada al nuevo templo el sábado 6 de enero de 1759. La fiesta culminó el 18 de enero con el traslado de los restos de Fray Pedro Pardo de Figueroa desde la iglesia parroquial al el nuevo templo.

– Finalmente, basílica

En 1956 el Papa Pío XII erigió la Prelatura del Santo Cristo de Esquipulas, constituida por el Municipio de Esquipulas y con el Santuario de Esquipulas como sede Catedralicia.

Monseñor Mariano Rossell y Arellano, Arzobispo de Guatemala, fue el primer prelado de Esquipulas. Él mismo buscó una orden religiosa que atendiese el Santuario. Los monjes benedictinos de la abadía de San José, Luisiana, Estados Unidos, respondieron a su llamada y la orden envió tres monjes en 1959 a Santiago de Esquipulas para fundar el Monasterio Benedictino de Esquipulas. Esta orden sigue atendiendo la Basílica actualmente.

En 1961 Monseñor Rossell pidió al papa Juan XXIII que el Santuario de Esquipulas recibiera el título de Basílica Menor. Juan XXIII, por motivos religiosos, culturales e históricos elevó el Santuario de Esquipulas al rango de Basílica Menor.

La Basílica de Esquipulas fue visita por el papa Juan Pablo II el 6 de febrero de 1996. Era la segunda vez que Juan Pablo II visitaba Guatemala, esta vez para celebrar los 400 años de veneración de la imagen del Santo Cristo de Esquipulas.

lunes, 12 de noviembre de 2012

HISTORIA: ¿Quién construyó el Santuario de Chimayo?

Debemos la construcción de la primera capilla del Santuario de Chimayo a don Bernardo de la Encarnación Abeyta, quien se instaló en Chimayo al contraer matrimonio con una de las hijas de la familia Chávez. La familia Chávez llevaba varias generaciones residiendo en Chimayo.

Don Bernardo se dedicaba principalmente a mercadear. Por ello, solía viajar hasta Durango y otras poblaciones del sur del Camino Real para comprar mercancías que luego vendía en Chimayo y sus alrededores.

Durante la noche del Viernes Santo de 1810, mientras don Bernardo hacía penitencia en uno de los calvarios (colinas) que rodean el lugar conocido como El Potrero, vio una luz que llamó su atención. Atraído por la curiosidad descendió del calvario para averiguar su procedencia y se vino a topar con un crucifijo que semienterrado sobresalía de la tierra. Don Bernardo pensó que aquel descubrimiento se debía a los efectos de la erosión que lentamente había ido desenterrando la imagen pero también creyó que se trataba de una iniciativa divina.

El crucifijo fue llevado en procesión hasta la iglesia de Santa Cruz de la Cañada. Sin embargo, la tradición cuenta que volvía a aparecer en el mismo lugar donde había sido hallado. Esto ocurrió tres veces, después de lo cual los vecinos del Potrero, con don Bernardo a la cabeza, se convencieron de que había que construir una capilla para albergar el crucifijo.

Hay una carta del P. Sebastián Álvarez aconsejando al obispo de Durango que otorgue el permiso para que se pueda construir la capilla en el lugar donde el crucifijo fue encontrado. En dicha carta el párroco de la iglesia de Santa Cruz de la Cañada ya hace referencia a los hechos extraordinarios y curaciones que están ocurriendo en Chimayo y su convencimiento de que una iglesia en tal vecindario hará mucho bien a las familias que viven allí.

La capilla dedicada al Cristo de Esquipulas se construyó en una propiedad de don Bernardo Abeyta. Él y sus descendientes fueron los dueños de la capilla hasta 1929, cuando John Gaw Meem, en nombre de la Sociedad Preservacionista de Iglesias y Misiones de Adobe de Nuevo México, la compró a la familia Chávez.

John Gaw Meem, presidente de la Sociedad Preservacionista, lideró los trabajos de restauración de la capilla. Poco después la capilla fue donada a la iglesia católica.

HISTORIA: ¿Cuándo se construyó el Santuario de Chimayo?

El Santuario de Chimayo comenzó a contruirse en 1813 y no se terminó hasta 1816. Los testimonios que nos han llegado coinciden en afirmar que las personas implicadas en la construcción de la primera capilla dedicada al Cristo de Esquipulas trabajaban solamente durante una determinados meses (verano) y se dedicaban a otros menesteres el resto del año.