miércoles, 12 de diciembre de 2012

Santuario de Chimayo, por Bob Yackel

Observar el Santuario de Chimayo a través de los ojos de los artistas (pintores, fotografos, escultores, etc.) es otra manera de descubrir la belleza y espiritualidad de este lugar.


















By Bob Yackel

El Santuario de Chimayo, por Bob Yackel

Observar el Santuario de Chimayo a través de los ojos de los artistas (pintores, fotografos, escultores, etc.) es otra manera de descubrir la belleza y espiritualidad de este lugar.
















 por Bob Yackel

Cuadro de la Sagrada en el Santuario de Chimayo



















El cuadro reproduce una imagen JesúsMaría y José en una instantánea muy familiar. Jesús está jugando con María a las puertas del Santuario. José ha recogido unas flores para ofrecérselas al niño y a su madre. Los tres están bajo un árbol muy frondoso. Y es que al Santuario no sólo llegan personas buscando un milagro para sus problemas sino también muchas familias que vienen a pasar el día en un lugar que parece estar más cerca del cielo.

El cuadro fue donado el viernes 18 de febrero (2011), por Nidia y Gilbert Martínez. Nidia me dijo: "Este cuadro es para usted, es un regalo que queremos hacerle". Nidia me conoce desde hace tiempo, así que no le sorprendió mi respuesta: "Gracias, te lo acepto en nombre de los Hijos de la Sagrada Familia; lo vamos a mostrar en el Museo del Santo Niño de Atocha y la Sagrada Familia, que es un lugar público y mucha gente podrá disfrutarlo. Nidia, que es algo mandona, volvió a decir: "Bueno, usted haga lo que quiera pero este cuadro Gilbert y yo se lo regalamos a usted".

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES EN EL SANTUARIO DE CHIMAYO



Nuestra Señora de los Dolores, Santuario de Chimayo.

Hay al menos dos maneras de asimilar el sufrimiento, el dolor y la pérdida. Para algunos, el sufrimiento, el dolor y las perdida son siempre negativos, un sin sentido, un escandalo, mala suerte, mal de ojo...; para otros, el sufrimiento, el dolor y la pérdida son imprescindibles en nuestro desarrollo emocional y espiritual; de hecho, son tan importantes que sin ellos no podriamos madurar, llegar a ser adultos.

El cristiano da un paso más: también en el sufrimiento y en dolor estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe y amor. Porque es en el dolor y en la pérdida cuando mejor damos testimonio de nuestro equilibrio y esperanza.

Los 7 dolores de María:
- La profecía de Simeón en el templo.
- Persecución de Herodes y huída a Egipto.
- Jesús perdido en el templo, por tres días.
- María encuentra a Jesús, cargado con la cruz.
- Crucifixión y muerte de Jesús.
- María recibe a Jesús bajado de la cruz.
- Sepultura de Jesús.


















Nuestra Señora de los Dolores, Santuario de Chimayo.

FOTOS: Diciembre





La capilla de la Sagrada Familia, en el Santuario de Chimayo, era un establo abandonado

Asi era:































Se trata de un establo abandonado que durante los últimos treinta años almacenaba chatarra. Este granero dista apenas cincuenta metros de la capilla del Santo Niño de Atocha, en el Santuario de Chimayo.

Después de la restauración y remodelación:
































La capilla está abierta a todos los peregrinos y visitantes.

Imagen del Peregrino


Peregrino de Chimayo

1810-2010

El Viernes Santo se cumplirá el 200 aniversario del hallazgo del crucifijo del Cristo de Esquipulas en Chimayo, por Don Bernardo Abeyta. Desde entonces, las cartas de los párrocos al servicio del Santuario de Chimayo, los estudios de historiadores y antropólogos, las noticias y documentales de los periodistas, hablan de una riada de peregrinos fluyendo hacia el Santuario.


(Detalle)

Había llegado el momento de hacer un homenaje a los peregrinos. Ellos también son fuente de inspiración para los creyentes. Y este homenaje ha llegado en la forma de una imagen que reproduce al peregrino de los valles y montañas del norte de New Mexico. La imagen ha sido instalada frente al Santuario para el disfrute de todos, especialmente de los peques y sus padres, que ya lo han escogido como el icono más idoneo para la foto en familia.

La imagen del peregrino fue traída de Mexico con la ayuda del matrimonio Gilbert y Nidia Martínez de Santa Fe.

lunes, 3 de diciembre de 2012

SANTUARIOS: LUGARES DE NUEVA EVANGELIZACIÓN, por Julio González, S.F.

Puedes leer el artículo en la revista del Santuario de Chimayo, n.1

El pasado mes de octubre el Santo Padre Benedicto XVI llamó a todos los bautizados –obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos consagrados, padres y madres de familia, empresarios y obreros, intelectuales, artistas, deportistas, estudiantes...– a una nueva evangelización. Desde el 11 octubre de 2012, que es también el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y el 20 aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, hasta la fiesta de Cristo Rey (24 de noviembre del 2013) los católicos celebramos el AÑO DE LA FE.

La familia: primera escuela del evangelio

Hasta hace unas décadas la fe había ido pasando de generación en generación, primeramente en
el hogar, sin grandes sobresaltos para la mayoría de las familias. Las parroquias y las escuelas católicas ayudaban a los padres a educar a los hijos en conformidad con los valores del evangelio. Éstos se mostraban agradecidos no solamente por la comida y el vestido que recibían sino también por la fe y los valores que les enseñaban. Sin embargo, hoy las creencias y los valores de los padres entran a menudo en conflicto con las prioridades y las creencias de los hijos. La tensión generacional no pasa desapercibida tampoco entre abuelos y nietos.

Algunos adultos recuerdan con nostalgia cuando las opiniones de los mayores eran respetadas y asumidas sin apenas cuestionarse. Eran otros tiempos. Entonces, el argumento de autoridad, es decir, el criterio de los mayores, prevalecía sobre la opinión y el conocimiento de los jóvenes.

A nivel popular y entre la jerarquía el argumento de autoridad funcionó durante muchos siglos no solamente en la misión evangelizadora sino en todas las áreas del conocimiento.

Encuentro con Cristo y testimonio

Hoy, la Iglesia nos llama y pide a todos los bautizados una Nueva Evangelización en donde el argumento de autoridad ha renunciado a sus privilegios porque ha cedido el primer puesto de la nueva evangelización al encuentro personal con Cristo y al testimonio. Sin el encuentro personal con Jesús de Nazaret y sin un testimonio de vida, tanto de los individuos como de las comunidades de fe, que ponga de manifiesto este encuentro con Dios y con los demás, la transmisión del evangelio a las nuevas generaciones está en serio peligro de no producirse.

Santuarios: lugar de encuentro y nueva evangelización

El Santo Padre ha recordado a las familias que no están solas. La comunidad de fe, en la parroquia y en la escuela, siempre debe estar disponible para prestarles su apoyo y sabiduría. Ahora, Benedicto XVI nos vuelve a recordar que los santuarios también han sido y deben continuar siendo de una manera más significativa e inspiradora si cabe, lugares de encuentro, oración, celebración y profundización de la fe.

La comunidad religiosa de los Hijos de la Sagrada Familia al servicio del Santuario de Chimayo ha recibido con entusiasmo la exhortación de Benedicto XVI de hacer de los santuarios lugares
de búsqueda y encuentro, diálogo y comunión, penitencia y reconciliación, conversión y celebración.

El desafío no es fácil puesto que en el Santuario de Chimayo no hay todavía establecida una comunidad de vida religiosa pero los hijos de San José Manyanet (1834-1901), a quien el papa Juan Pablo II llamó apóstol y profeta de la Sagrada Familia, desean que la espiritualidad de la Sagrada Familia y los dones nazarenos de la hospitalidad, consejo, humildad, profecía, perdón, alegría, agradecimiento..., estén siempre al alcance de todos los peregrinos y visitantes.

Durante los 200 años de historia del Santuario de Chimayo muchos peregrinos se han arrodillado ante la imagen del Cristo de Esquipulas y el Santo Niño de Atocha para compartir con ellos sus gozos y tristezas. Durante todo este tiempo, el Santuario se convirtió en un lugar de paso principalmente hacia Santa Fe, Albuquerque y Taos. Pero ha sido durante los últimos sesenta años, al haber habido sacerdotes disponibles para la confesión y la dirección espiritual, cuando los grupos de jóvenes, matrimonios y familias, han multiplicado sus visitas y el tiempo que pasan en el Santuario de Chimayo.

Es inevitable que muchas personas lleguen al Santuario de Chimayo atraídos tan sólo por la curiosidad del turista y los talleres de fotografía, pero la intención de los religiosos Hijos de la Sagrada Familia y el personal que atiende las dos capillas (del Cristo de Esquipulas y del Santo Niño de Atocha) y el Centro de Información y Bienvenida don Bernardo Abeyta es que Chimayo, además de un foco de cultura (donde los tejedores, artesanos, santeros y productores de chile y manzana son indiscutibles protagonistas), sea también un foco de espiritualidad y devoción para todas las generaciones de cristianos y para aquellos que siguen buscando...

El calendario del Santuario

La información de las celebraciones, retiros, procesiones y actividades que tienen lugar en el Santuario de Chimayo, así como el calendario de visitas (grupos juveniles, grupos folklóricos de danza, asociaciones de la tercera edad, peregrinaciones, visitas de obispos y párrocos con sus feligreses, autoridades...) se dan a conocer a través del Centro de Información y Bienvenida del Santuario, y también pueden consultarse en la web oficial del santuario: www.holychimayo.us, o a través de Facebook.

Lugar de sanación

El Santuario de Chimayo es muy conocido como lugar de sanación física, emocional y espiritual. Por este motivo se le ha llamado el Lourdes de America, en alusión al santuario mariano francés donde, tanto las apariciones de la Madre de Dios como muchas curaciones extraordinarias han recibido el reconocimiento oficial de la jeraquía católica.

Es necesario, sin embargo, darse cuenta de que el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes se construyó en 1866, a saber, cincuenta años más tarde que el Santuario de Chimayo (1813-1816), y la Basílica del Rosario de Lourdes se inauguró en 1889.

No podemos hablar de apariciones en el Santuario de Chimayo puesto que el origen de la capilla de Nuestro Señor de Esquipulas está ligado al hallazgo en 1810 del crucifijo que tiene el mismo nombre, mientras que la capilla del Santo Niño de Atocha se construyó en 1857 en acción de gracias por la curación de su primer dueño don Severiano Medina.

La jerarquía de la iglesia católica nunca se ha pronunciado sobre los testimonios de aquéllos que dicen haber recibido una gracia especial en el Santuario de Chimayo y los Hijos de la Sagrada Familia tampoco lo hacen, pero la respuesta del P. Casimiro Roca, S.F. –primer sacerdote que se puso al servicio de los peregrinos y visitantes– a quienes preguntan por la iglesia de la tierrita milagrosa no pasa desapercibida a nadie: “Esta capilla no es de la tierrita sino de Nuestro Señor de Esquipulas”.

ADOBE: Dando a la tierra lo que pertenece a la tierra, por Julio González, SF.

Puedes leer el artículo en la revista del Santuario de Chimayo, n.1

Iglesias de adobe

New Mexico está poblado de bellas iglesias y misiones cuyo material principal es el adobe. Quienes todavía no conocen este material deben empezar por recordar que el adobe es una masa de barro (arcilla y arena) mezclada con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol. El adobe no tiene la misma consistencia que la roca o el ladrillo pero si no se abandona el mantenimiento las iglesias de adobe son siempre seguras y confortables.





















Iglesias de adobe en Chimayo

El Santuario de Chimayo se construyó entre 1813 y 1816. Los materiales que se utilizaron fueron adobe (paredes) y madera (vigas, puertas y ventanas). Hay tres misiones y una iglesia en la región que destacan por su construcción de adobe y merecen ser visitadas por peregrinos y turistas:

- la misión de san Antonio de Córdova, a 5.3 millas del Santuario de Chimayo;
- la misión de Nuestra Señora del Rosario de Truchas, a 10.1 millas del Santuario de Chimayo;
- la misión de san José de las Trampas, a 16.8 milas del Santuario de Chimayo;
- la iglesia de Santa Cruz de la Cañada, a 8.1 millas del Santuario de Chimayo.

El visitante encontrará información de estos lugares (historia y horario de visitas en la web del Santuario de Chimayo: www.holychimayo.us)

La salud del adobe

Durante Septiembre y octubre, los visitantes del Santuario de Chimayo descubrieron una imagen de la capilla que no habían visto antes. Parte del estuco de las paredes había sido extraído para dejar al descubierto el material original -adobe-, con el que se construyó. La razón para exponer los ladrillos de adobe ha sido favorecer su conservación y matenimiento. Las alarmas saltaron en la Arquidiócesis de Santa Fe cuando una de las paredes de adobe de la iglesia de San Antonio de Padua, en Cuesta (norte de New Mexico), se vino abajo. Desde entonces, las iglesias y misiones de adobe han recibido la visita de una comisión de especialistas en el mantenimiento del adobe para garantizar la buena conservación de los lugares de culto.





















El estuco y la humedad, enemigos de adobe

Hace varias décadas que muchas de las iglesias de adobe del norte de New Mexico se enjarraron con estuco para cubrir el adobe. ¿Por qué? La respuesta es simple: cada año había menos voluntarios que se prestaran a enjarrar la iglesia del pueblo con barro y adobe como durante generaciones se había venido haciendo. El adobe necesita mantenimiento cada año. De modo que se buscó una solución para proteger el adobe de las inclemencias del invierno y evitar así el mantenimiento continuado. Durante años el enjarre de estuco pareció ser la mejor solución. Sin embargo, al enjarrar los edificios de adobe con estuco, en vez de con barro, se origina un serio problema a medio y largo plazo. Si el adobe se moja cuando llueve o nieva, entonces, necesita “respirar”, es decir, secarse al sol para no deteriorarse y convertirse en polvo de barro. Pero el estuco con el que se han recubierto las paredes evita que el sol sanee de una manera natural la humedad que absorbe el adobe, especialmente durante el invierno, y ésta ira deteriorando el adobe de la estructura hasta poner en serio peligro la estabilidad de las paredes.

Además, como el estuco recubre las paredes no se puede evaluar a simple vista el estado de conservación en que se encuentra el adobe. Este es el motivo por el que la Comisión para la Preservación de las Iglesias y Misiones de Adobe de la Arquidiócesis de Santa Fe pidió que se quitase el estuco que cubre las paredes del Santuario de Chimayo y de otras muchas iglesias y misiones del arzobispado.

Aunque la petición es razonable, nos pareció que no era viable para el santuario. Extraer todo el estuco de las paredes exteriores obligaría a enjarrar cada año la capilla con barro, lo cual, si debe adjudicarse a una empresa porque no hay voluntarios en nuestro vecindario es muy caro. Por este motivo, el Santuario de Chimayo examinó varias alternativas y se puso en contacto con los párrocos de otras iglesias de adobe de la arquidiócesis que tienen o han tenido al mismo problema.

La compleja restauración de la iglesia de San Miguel, en Socorro (sur de New Mexico) y, más concretamente, la solución a la que han llegado sus responsables para conservar sus paredes de adobe en buen estado, nos pareció que podía aplicarse también en el Santuario de Chimayo.

Después de extraer muestras de las paredes del santuario para examinar la “salud” del adobe y comprobar su buen estado, se decidió exponer a la intemperie la parte inferior de las paredes, que son las que más sufren la agresión de la humedad y nos pueden indicar con exactitud el grado de deterioro del adobe. El área expuesta deberá enjarrarse con barro cada año a partir de ahora pero el lugar y extensión de esta superficie está al alcance del personal de mantenimiento del santuario.

















Cambios en la población local

Más preocupación nos provoca la conservación y el futuro de las misiones de San José de Gracia, en Las Trampas, San Antonio, en Córdova, o Nuestra Señora del Rosario, en Truchas. La población autóctona de los pueblos no solamente está envejeciendo sino que también ha decrecido de una manera alarmante durante las útimas cinco décadas, hasta el punto de que estas comunidades se están transformando lentamente en áreas semi-deshabitadas donde unas pocas familias tienen su segunda residencia para alejarse durante unas semanas o meses del bullicio de las ciudades.

La buena conservación y el mantenimiento de las iglesias y misiones de adobe es hoy un desafío tanto para las parroquias como para el arzobispado y los responsables del patrimonio histórico y cultural de la región pues estamos hablando de edificios catalogados como histórico-nacionales.

BEATIFICACIÓN DE PEDRO ROCA TOSCAS, S.F., (1916 - 1937) RELIGIOSO Y MÁRTIR. Un hermano del P. Roca, PEDRO ROCA TOSCAS, será beatificado el 27 octubre de 2013.

El P. Casimiro Roca Toscas, S.F., fue el primer sacerdote al servicio del Santuario que residió en Chimayo. Antes que él, los sacerdotes venían de Santa Cruz de la Cañada (Española) para celebrar misa en el Santuario una vez al mes.

Miles de sacerdotes, monjas y fieles católicos fueron martirizados durante la guerra civil española (1936-1939). Entre ellos hay también Hijos de la Sagrada Familia, la congregación religiosa al servicio del Santuario de Chimayo.

En la década de 1950, El P. Casimiro Roca, S.F., dejó su comunidad religiosa de Santa Cruz de la Cañada, en Española, Nuevo México, para comenzar una nueva parroquia cercana a las familias y misiones del valle de Chimayo. Desde entonces, la vida del P. Casimiro Roca ha estado ligada al Santuario de Chimayo.

Uno de sus hermanos, Pedro Roca, S.F., forma parte del grupo de 19 mártires (18 religiosos y el laico Sebastián Llorens), que compartieron la espiritualidad y misión de los Hijos de la Sagrada Familia y que serán beatificados el 27 de octubre de 2013.

Pedro Roca Toscas estudiaba teología en Barcelona, España, cuando la guerra civil española estalló en 1936. Pedro era un joven seminarista alegre y servicial que, además, tenía un talento natural para la poesía. Desde Barcelona se trasladó a su pueblo natal, Mura, para intentar cruzar la frontera y, a través de Francia, llegar a Roma para finalizar sus estudios antes de ser ordenado sacerdote. No iba solo, otros cuatro compañeros caminaban con él: su hermano Pablo, José, Francisco y Pedro Ruiz. Todos encontraron el mismo destino.

Reconocidos por los enemigos de la iglesia católica, fueron detenidos y conducidos a Barcelona. En prisión se les interrogó y torturó. ¿Cuál fue su crimen? Tener fe en Dios y ser católicos.

Cuando la madre del P. Casimiro Roca supo que sus hijos, Pedro y Pablo, habían sido asesinados, le dijo a Casimiro, el menor de todos los hermanos: “Pedro y Pablo ya no están con nosotros, de modo que tú estás llamado a hacer el trabajo de los dos”.

Casimiro Roca consiguió salir de España un año después y llegar a Roma donde finalizó sus estudios de teología y fue ordenado sacerdote.

Los Hijos de la Sagrada Familia dan testimonio de que el P. Roca siempre intentó trabajar por dos: Pedro y Pablo.

SANTUARIO DE CHIMAYO 1813-2013: Hace 200 años... colocación del primer ladrillo de adobe Entrevista a CHARLES CARRILLO, Ph.D., historiador y santero.


Puedes leer la entrevista en la revista del Santuario de Chimayo, n.1






















SANTUARIO: Charles, preséntate y explícanos tu interés por la historia del Santuario de Chimayo.

CHARLES CARRILLO: Mi nombre es Charles Carrillo. Mi familia hechó raíces en New Mexico hace muchas generaciones. Mi interés por el Santuario tiene al menos tres motivos: mi abuela Ignacia Abeyta Carrillo tenía una gran devoción al Santo Niño de Atocha. Vivía en Abeytas, New Mexico, y era descendiente de don Bernardo Abeyta. De niño me llevaba con ella en peregrinación a la capilla del Santo Niño en Zuni. Le llevábamos ropa y zapatitos. Tengo un grato recuerdo de aquellas peregrinaciones con mi abuela. Siendo adolescente conocí la historia del Santuario de Chimayo y me di cuenta de que nuestras peregrinaciones eran como las que otras familias hacían al Santuario de Chimayo. La tradición de llevarle zapatitos al Santo Niño de Atocha es una manera de expresarle nuestra fe y esperanza. Cuando conocí a la que hoy es mi mujer, Debbie Trujillo -ella es de Abiquiu-, hablábamos mucho de nuestras tradiciones familiares e íbamos a menudo al Santuario para rezar. En 1980 nació mi hija, Estrellita de Atocha y nuestras visitas al Santuario se multiplicaron. Por esos años surgió mi fascinación por la tradición de los santeros y comencé a tallar santos. En el Santuario encontraba inspiración. Casi al mismo tiempo empecé un doctorado en antropología en la Universidad de Nuevo México. Me interesaba sobre todo el Nuevo México de la época colonial y empecé a coleccionar todo lo que encontraba sobre el Santuario. Fue el principio de una proyecto que dura 30 años y continua. Brevemente, tengo una triple conexión con el Santuario: 1. La devoción del Santo Niño; 2. Mi hija Estrellita de Atocha, y 3. Mi archivo e investigación histórica sobre el Santuario y don Bernardo Abeyta.

SANTUARIO: Hace 200 años se colocó el primer ladrillo de adobe del Santuario con la aprobación del Obispo de Durango, México, y el apoyo del P. Sebastián Alvarez, de Santa Cruz de la Cañada; sin embargo, la capilla dedicada al Cristo de Esquipulas era una capilla privada y pertenecía a don Bernardo Abeyta. ¿Era esto normal en aquel tiempo?

CH. CARRILLO: Aunque tener una capilla no estaba al alcance de muchas familias, algunas sí pudieron construir la suya. En aquella época se construyeron tres capillas con licencia en Santa Fe, y muchas otras en los pueblos y placitas de Nuevo México. Los Genízaros (esclavos nativos americanos) también tenían tres capillas propias. Había dos capillas privadas en la región de Talpa y otras capillas privadas se construyeron en Albuquerque. La mayoría ya no existen.

SANTUARIO: ¿Por qué la historia de las dos capillas del Santuario de Chimayo ha sido distinta de las otras capillas con similares características en Nuevo México?

CH. CARRILLO: El Santuario es diferente, su historia es única por ser un lugar de sanación. La investigación que he realizado junto con otro estudioso de la materia, Felipe Mirabal, muestra que años antes don Bernardo Abeyta construyó una hermita en el mismo lugar. Los peregrinos venían para rezar una novena al milagroso Cristo de Esquipulas. Debido a la afluencia de peregrinos, don Bernardo decidió construir una capilla más grande. No debemos olvidar que además era mercader y el Santuario vino a ser no sólo un lugar de oración y devoción sino también un lugar donde los peregrinos compraban o cambiaban bienes y artículos religiosos. El número de visitantes fue en aumento al mismo tiempo que la devoción al Señor de Esquipulas también se extendía. La capilla vecina de los Medina, construida décadas más tarde, propició cierta competencia y, desde entonces, todo el Potrero empezó a considerarse como un lugar de peregrinación y devoción. El Santuario de Chimayo se convirtió, entonces, en una icono de la espiritualidad católica del Nuevo México colonial.

SANTUARIO: ¿Quién era don Bernardo Abeyta para los vecinos de Chimayo en 1813?

CH. CARRILLO: Estoy convencido de que mucho antes de que don Bernardo comenzara la construcción del Santuario ya era un lider entre los vecinos de Chimayo. En mi opinión, don Bernardo fue la persona que introdujo la Hermandad de Sangre de Cristo, más tarde conocida como La Cofradia de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Mi investigación indica que él fue quien introdujo la devoción al Cristo de Esquipulas incluso antes de que el Santuario se construyese. En resumen, don Bernardo Abeyta unió aún más a la comunidad con una espiritualidad. No debemos que olvidar, además, que fue un mercader listo y hombre de negocios.

SANTUARIO: Conoces muy bien el trabajo de los hermanos Aragón y Molleno en el Santuario de Chimayo. Estos santeros, junto con otros, nos hacen pensar en una Edad de Oro del arte religioso en esta parte del mundo hace siglo y medio. Pero el norte de Nuevo México estaba muy lejos de ser importante en el Nuevo Mundo. ¿De dónde vinieron estos artistas? ¿Es una coincidencia que don Bernardo Abeyta, los hermanos Aragón y Molleno se encontrarán en Chimayo?

CH. CARRILLO: Hace unos años publiqué con José Antonio Esquibel, un estudio sobre los primeros santeros en Nuevo México. Todos los pintores y escultores conocidos en Nuevo México de los siglos XVIII y XIX están catalogados en los archivos documentales como “pintores, escultores o maestros”. Creo que muchos que están catalogados como carpinteros también tallaban imágenes. Los dos Aragón eran hermanos. José Manuel Benavides, conocido hoy como el Santo Niño Santero, era su primo, y José Atenacio Casados era cuñado de los Aragón. Todos estos artistas, incluido Molleno, estaban emparentados. Todos procedían de la Villa de Santa Fe y formaban parte de una cofradía de maestros de obras religiosas.





















SANTUARIO: In 1857, don Severiano Medina construyó una segunda capilla dedicada al Santo Niño de Atocha. Desde entonces, ha habido épocas en que esta nueva capilla parecía más importante que la construida por don Bernardo Abeyta para acoger el crucifijo del Señor de Esquipulas. Pero también la capilla de los Medina pasó por un tiempo de abandono hasta que fue vendida al Arzobispado de Santa Fe, seguiendo los mismos pasos que la capilla de don Bernardo Abeyta. ¿A qué piensas que se deben estos altibajos en las creencias y tradiciones de Chimayo?

CH. CARRILLO: Un estudio reciente sugiere que la capilla de los Medina pudo haber comenzado siendo una morada o lugar de encuentro de los penitentes. Si esto es cierto, la comunidad olvidó el origen de esta capilla. También creo que se produjo una sana competición en la comunidad y la familia Medina supo sacar provecho rivalizando con la capilla de don Bernardo Abeyta. La devoción al Santo Niño de Atocha parece haberse desarrollado mucho durante ese tiempo y puede explicar la cercanía de ambas capillas compitiendo por la atención y el apoyo de los vecinos y visitantes.

SANTUARIO: Estás escribiendo un libro, “el libro” según algunos amigos, sobre el Santuario de Chimayo. ¿Qué temas son los que más te interesan y quieres que el lector encuentre en tu libro?

CH. CARRILLO: Junto con el historiador Felipe Mirabal, estoy escribiendo un libro conmemorativo que explique la historia del Santuario desde su origen hasta la actualidad. Mi deseo es contar la historia de una devoción muy arraigada en Chimayo y entre los creyentes que peregrinan al Santuario. Quiero explicar a los lectores la historia completa: la vida y la época de don Bernardo Abeyta, su historia y la del Santuario como un lugar de devoción al Cristo de Esquipulas, y el desarrollo de esta devoción a través de las peregrinaciones al Santuario.

SANTUARIO: ¿Crees que el Santuario de Chimayo puede influir en las personas que vienen de otros países y culturas, o seguirá siendo la capilla de la comunidad local y un lugar donde vender productos regionales a las familias del valle tal y como lo fue hace doscientos años?

CH. CARRILLO: El Santuario continurá transformando las vidas de quienes llegan hasta aquí. Muchos no son creyentes, sin embargo, yo creo que con el tiempo “entenderán” nuestras tradiciones. La fe de mis antepasados continuará inspirando a las nuevas generaciones.

viernes, 23 de noviembre de 2012

PUBLICACIÓN DEL SANTUARIO DE CHIMAYO, n.1



















Se acaba de publicar la primera revista digital del Santuario de Chimayo en español (Noviembre 23, 2012). Podéis tener acceso a la publicación a través del siguiente enlace: Publicación del Santuario de Chimayo, n.1. El primer número tiene como mensaje principal: "El invierno nos prepara para un nuevo comienzo".

Hacía varios años que me rondaba la idea de diseñar una publicación que acercara el Santuario a los hogares de los peregrinos y visitantes. A menudo recíbimos llamadas en el Centro de Bienvenida e Información del Santuario (505-351-9961) de personas que no pueden desplazarse hasta Chimayo, New Mexico, pero nos expresan su deseo de venir, de que oremos por sus intenciones, de conocer mejor la historia del santuario y las devociones católicas. También recibimos llamadas de personas que están planeando peregrinar al santuario y les gustaría conocer nuestro calendario de procesiones, exposiciones, charlas y celebraciones eucarísticas y penitenciales. Por otra parte, es un modo de mostrar nuestro agradecimiento a  los amigos del Santuario que periódicamente nos envían una donación para ayudarnos en el matenimiento y restauración de los jardines y lugares de oración y culto.

Creo que había llegado el momento de intentar una publicación de estas características. Fotografías, artículos, entrevistas, diseño... todo se hace "en casa", menos la impresión. La edición tiene dos formatos diferentes. El formato "papel" y digital será para la edición en lengua inglesa. Por ahora, la edición en español se publicará sólo en formato digital a través de internet. La periodicidad de la publicación es algo que estamos examinando. Deseamos publicar al menos cuatro números al año, abarcando las cuatro estaciones (invierno, primavera, verano y otoño), pero el Santuario acoge celebraciones y actividades religiosas que pueden merecer la publicación de un monográfico.

En este primer número tratamos temas como el Año de la Fe y las palabras que el papa Benedicto XVI ha dedicado a los santuarios de todo el mundo como lugares de encuentro, oración, reconciliación y evangelización. Nuestra atención también se ha puesto en los trabajos de restauración y mantenimiento de las paredes de adobe de la Capilla del Cristo de Esquipulas. Con mucha ilusión y agradecimiento informamos de la próxima beatificación de 19 mártires de nuestra congregación de Hijos de la Sagrada Familia. Hay que destacar que uno de los mártires es Pedro Roca, S.F., hermano del P. Casimiro Roca, S.F., por quien todos los peregrinos muestran un gran cariño por haber estado al servicio del Santuario durante más de sesenta años. Hemos entrevistado también al historiador y santero Charles Carrillo, que está escribiendo un libro sobre la historia del Santuario de Chimayo. Finalmente, encontraréis varias fotografias que han sido tomadas durante un "ligera" tormenta de invierno, que estoy seguro que gustarán a muchos lectores y amigos del Santuario.

por Julio González, SF.

viernes, 16 de noviembre de 2012

PEREGRINAR, por Julio González, SF.


Peregrinar es una actividad que ayuda al ser humano a crecer y a formarse humana y espiritualmente. Por eso, las peregrinaciones forman parte del calendario de todas las religiones y culturas. No nacemos siendo hábiles, sabios, fuertes, razonables, contemplativos... aunque si nacemos con la posibilidad de desarrollar estas capacidades. Todas las personas necesitan peregrinar para conocer lo mejor y lo peor de sí mismas y lo mejor y lo peor de los demás.

Por el camino, el peregrino se encuentra muchas veces con lo inesperado, con el desafío, el cansancio, el sufrimiento, la desazón..., pero también con el misterio, la sorpresa, la solidaridad, el consuelo, la inspiración... Todos esos momentos son puertas que se abren y se cierran sin que el peregrino pueda hacer nada más que pasar por ellas o quedarse en el umbral de la novedad. Y es ahí donde Dios le sale al paso sin que terminemos de comprender de dónde vino y hacia donde va.

El Santuario de Chimayo, en New Mexico, Estados Unidos, es un lugar de peregrinación, encuentro y sanación física, emocional y espiritual. Ciertamente, las personas llegan al Santuario de Chimayo movidos por diferentes motivos y anhelos pero para entender la espiritualidad y razón de ser de las capillas dedicadas al Cristo de Esquipulas y al Santo Niño de Atocha hay que fijarse y prestar atención a los peregrinos y a la espiritualidad del caminante.

Muy cercanos a los peregrinos se sienten los enfermos y doloridos que visitan a menudo el Santuario de Chimayo. El enfermo es una persona que siente mejor que nadie el paso de la vida y eso le convierte también en peregrino. Los sacerdotes del Santuario escuchan a menudo el testimonio de personas que han recibido el don de ser sanados. Pero, incluso "más importante que el don de la curación," dice el P. Julio González, S.F., "es haber recuperado el sentido de vivir, del sacrificio, del sufrimiento y del amor, todo lo cual exige una peregrinación sino en el mundo, al menos interior".

El Cristo de Esquipulas del Santuario de Chimayo, por Julio González, S.F.



Se trata de un crucifijo de seis pies de altura con unas características que lo diferencian de los crucifijos que encontramos en la mayoría de las iglesias de New México y Estados Unidos.

La primera peculiaridad es que la cruz está pintada de color verde. Intenta recordar cuántos crucifijos has visto en los que la cruz se haya pintado de color verde. Los hay, ciertamente, pero son pocos. El Cristo de Esquipulas está crucificado sobre una madero de color verde porque el artista nos quiere hacer ver que el árbol sobre el que murió Jesús de Nazaret es un árbol que trae vida.

Nadie ni nada que entre en íntimo contacto con Jesús se debilita y muere, por eso ya los Padres de la Iglesia hablan de la cruz sobre la que murió Jesus como el Árbol de la Vida. El color verde se ha utilizado aquí para transmitir vida y esperanza.

La segunda peculiaridad está relacionada con la primera. Si uno presta atención a la cruz del Cristo de Esquipulas podrá ver que de los maderos han brotado apéndices o comienzos de lo que serían varias ramas. La razón hay que encontrarla en la idea principal que el artista ha querido transmitir al pintar la cruz de color verde: la madera está viva y, por tanto, le salen ramas.

Para comprender de dónde le vino al artista (desconocido) la inspiración para tallar y pintar un crucifijo de estas características en Chimayo hemos de mirar hacia Centroamérica y, más concretamente, a Santiago de Esquipulas, en Guatemala (ir Contenidos de la Web: El Cristo Negro de Santiago de Esquipulas).

jueves, 15 de noviembre de 2012

ORACIÓN: por Ann Sieben, la peregrina que también ofrece sus pasos por nuestras oraciones

Os pedimos de añadáis a vuestras oraciones el nombre de ANN SIEBEN.

ANN es una peregrina amiga del Santuario de Chimayo que también lleva en sus bolsillos las intenciones de muchas familias y personas que se lo han pedido. Actualmente, está peregrinando desde Buenos Aires a la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en México. Ayer mismo recibí un e-mail suyo describiendo la dureza del terreno pero también los pensamientos, la oración y la contemplación que la animan e inspiran en su peregrinación. Dios te bendice y camina contigo, ANN.

En estos días, ANN sube por la costa de Chile. Se encuentra a la altura de Huasco y Carrizal Bajo en dirección hacia Perú.

El Cristo Negro de Santiago de Esquipulas (Guatemala)


El Cristo Negro de Esquipulas es una imagen de Jesús Crucificado venerada por millones de fieles de Centroamérica que se encuentra en la Basílica de Esquipulas, en la ciudad de Santiago de Esquipulas, Guatemala, a 222 km de la Ciudad de Guatemala.

La imagen del Cristo de Esquipulas es también conocida como el Cristo Negro. A lo largo de más de 400 años, la madera en que fue tallado ha adquirido una tonalidad más oscura debido al humo de las velas y el incienso.

Antes de la llegada de los españoles a Esquipulas los indígenas de mesoamérica reconocían el lugar donde ahora se levanta el Santuario del Cristo de Esquipulas como sagrado. Aquí daban culto al dios guerrero Ek Chuaj. Después de la conquista de Esquipulas en el año 1530, los misioneros españoles evangelizaron a los nativos.

En 1594, cuando la religión católica ya se había extendido por toda la región, las autoridades civiles y religiosas de Esquipulas aprovecharon una abundante cosecha de algodón para encargar una imagen de Jesús crucificado. Don Cristóbal de Morales contrató al escultor portugués Quirio Cataño, residente de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, para que tallara la imagen. El artista entregó el trabajo el 4 de octubre del mismo año de 1594.

El contrato original decía lo siguiente:

“En la Ciudad de Santiago de Guatemala, a los veintinueve días del mes de agosto del año mil quinientos noventa y cuatro, Cristóbal de Morales, Provisor de este Obispado, concertó con Quirio Cataño, oficial de escultor, que haga para el Pueblo de Esquipulas un Crucifijo de vara y media, muy bien acabado y perfeccionado, que lo debe dar acabado el día de San Francisco, primero que viene, y se han de dar por él cien tostones de cuatro reales de plata cada uno; y para en cuenta de los dichos cien tostones confesó haber recibido adelantados cincuenta tostones de los cuales recibió realmente y el se obligó a cumplirlo, y para ello obligó su persona y bienes y lo firmó de su nombre y el dicho Provisor. –Cristóbal de Morales - Quirio Cataño”.

Según la tradición, los habitantes de Esquipulas viajaron a la ciudad de Santiago de Guatemala para recoger la imagen y durante el viaje de regreso quienes la veían por el camino se quedaban admirados por su belleza y pedían que se quedara con ellos al menos una noche. Así se originó la tradición del peregrinaje para venerar la imagen del Cristo de Esquipulas. Finalmente, el crucifijo llegó a Esquipulas el 9 de marzo de 1595.

La tradición decía también que Quirio Cataño había utilizado madera oscura para que el Cristo se pareciese más a la piel de los nativos de Esquipulas, descendientes del pueblo Chortí; sin embargo, el arquitecto Eduardo Andrade descubrió durante su restauración que la madera había tenía un tono claro y que los años de exposición al humo de velas y las manos de millones de fieles le proporcionaron el tono oscuro.

La tradición enseña también que debido a que la población autóctona conocía la crueldad de los blancos se encargó al artista Quirio Cataño una imagen de Cristo en madera de bálsamo y naranja para que fuera aceptado más fácilmente por los nativos puesto que el color natural de aquella madera se parecía al color de su piel. Posteriormente, el humo de las velas y el incienso hicieron que la imagen pareciera más oscura de lo que originalmente era.

La imagen del Cristo mide cinco pies y la cruz es de color de verde oscuro además de estar decorada con enredaderas en relieve y hojas doradas.

En 1595 el crucifijo fue llevado a Santiago de Esquipulas y depositado en una capilla cercana a los arroyos de aguas medicinales. El crucifijo pronto se hizo famoso por los milagros que se le atribuían.

Alrededor de 1737, el Arzobispo de Guatemala, Pedro Fardo de Figueroa comenzó la construcción del santuario, terminándose en 1758, para albergar el crucifijo del Cristo de Esquipulas y acoger a las multitudes de peregrinos.

LIBROS: John Gaw Meem, Pioneer in Historic Preservation, de Beatrice Chauvenet





















John Gaw Meem, Pioneer in Historic Preservation
Beatrice Chauvenet
Museum of New Mexico Press
Santa Fe, New Mexico 1985

Este libro explica los esfuerzos realizados por el arquitecto John Gaw Meem y la Sociedad Preservacionista de Iglesias y Misiones de Adobe de New México para evitar que algunas de las históricas iglesias y misiones de adobe de Nuevo México quedaran reducidas a ruinas por falta de mantenimiento y restauración.

El capítulo quinto está dedicado al Santuario de Chimayo y no me parece una exageración decir que es la mejor explicación que hasta ahora se ha escrito sobre cómo el Santuario de Chimayo pasó de ser una capilla privada (los dueños eran una familia local del valle de Chimayo) a ser propiedad del arzobispado de Santa Fe, bajo el cuidado, primero, del párroco de la iglesia de Santa Cruz de la Cañada y, después, del párroco de la iglesia de la Sagrada Familia de Chimayo, siempre supervisada por la congregación religiosa de los Hijos de la Sagrada Familia, Jesús, María, y José, fundada por San José Manyanet en España.

por Julio González, S.F.

El primer santuario dedicado al Cristo de Esquipulas en Santiago de Esquipulas, Guatemala

CLIQUEA EN LA IMAGEN PARA UNA MEJOR DEFINICIÓN DEL MAPA
El Santuario del Cristo de Esquipulas en Santiago de Esquipulas, Guatemala, fue el primer centro de culto donde los fieles católicos adoraron la imagen del Cristo crucificado como Señor de Esquipulas, también llamado Cristo Negro.

La historia del Cristo de Esquipulas se remonta a los primeros tiempos de la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. Al sureste de la actual Guatemala, en la región donde ahora se ubica el Santuario del Cristo de Esquipulas, vivía una tribu indígena maya. Según algunos historiadores el nombre del jefe maya era Esquipulas y puesto que no opuso resistencia a la presencia de los españoles en su territorio éstos fundaron una población que llamaron Santiago de Esquipulas para honrar al caudillo indígena. Este enclave, con el tiempo, llegó a ser importante por el comercio y el culto religioso.

Sin embargo, hay otras explicaciones sobre la etimología y el significado del nombre Esquipulas (ver “Etimologías y significados de la palabra Esquipulas”).

– El primera hermita

La imagen del Cristo crucificado llegó a Santiago de Esquipulas el 9 de marzo de 1595. Fue colocada en una hermita pero a finales del siglo XVI las peregrinaciones eran tan numerosas que la hermita se quedó pequeña para recibir a tantos fieles, por eso, en el siglo XVII, cuando se construyó la iglesia parroquial, la imagen fue trasladada a la nueva parroquia.

– El Santuario de Esquipulas

En 1740, Monseñor Fray Pedro Pardo de Figueroa confió la construcción de un templo más grande a Felipe José de Porres, hijo de Diego de Porres y nieto de José de Porres, arquitectos antigüeños. Así es como mostraba su gratitud por la sanación que había experimentado cuando llegó muy enfermo al pueblo de Esquipulas. El prelado oró pidiendo su curación ante la imagen y esta gracia le fue concedida casi al instante. Todo esto ocurría en el primer santuario del Señor de Esquipulas, hoy la parroquia de Santiago.

Fray Pedro Pardo de Figueroa falleció el 2 de febrero de 1751 durante una visita al nuevo santuario en construcción. El nuevo arzobispo de Guatemala, Monseñor Francisco de Figueredo y Victoria, continuó la construcción del santuario. La dedicación se realizó el 4 de enero de 1759 por Monseñor Diego Rodríguez de Rivas y Velasco, Obispo de Comayagua, y Monseñor Fray de José Montezuma, Obispo de Ciudad Real, Chiapas. El arzobispo Figueredo no pudo realizarla por problemas de salud.

La imagen del Cristo de Esquipulas fue trasladada al nuevo templo el sábado 6 de enero de 1759. La fiesta culminó el 18 de enero con el traslado de los restos de Fray Pedro Pardo de Figueroa desde la iglesia parroquial al el nuevo templo.

– Finalmente, basílica

En 1956 el Papa Pío XII erigió la Prelatura del Santo Cristo de Esquipulas, constituida por el Municipio de Esquipulas y con el Santuario de Esquipulas como sede Catedralicia.

Monseñor Mariano Rossell y Arellano, Arzobispo de Guatemala, fue el primer prelado de Esquipulas. Él mismo buscó una orden religiosa que atendiese el Santuario. Los monjes benedictinos de la abadía de San José, Luisiana, Estados Unidos, respondieron a su llamada y la orden envió tres monjes en 1959 a Santiago de Esquipulas para fundar el Monasterio Benedictino de Esquipulas. Esta orden sigue atendiendo la Basílica actualmente.

En 1961 Monseñor Rossell pidió al papa Juan XXIII que el Santuario de Esquipulas recibiera el título de Basílica Menor. Juan XXIII, por motivos religiosos, culturales e históricos elevó el Santuario de Esquipulas al rango de Basílica Menor.

La Basílica de Esquipulas fue visita por el papa Juan Pablo II el 6 de febrero de 1996. Era la segunda vez que Juan Pablo II visitaba Guatemala, esta vez para celebrar los 400 años de veneración de la imagen del Santo Cristo de Esquipulas.

lunes, 12 de noviembre de 2012

HISTORIA: ¿Quién construyó el Santuario de Chimayo?

Debemos la construcción de la primera capilla del Santuario de Chimayo a don Bernardo de la Encarnación Abeyta, quien se instaló en Chimayo al contraer matrimonio con una de las hijas de la familia Chávez. La familia Chávez llevaba varias generaciones residiendo en Chimayo.

Don Bernardo se dedicaba principalmente a mercadear. Por ello, solía viajar hasta Durango y otras poblaciones del sur del Camino Real para comprar mercancías que luego vendía en Chimayo y sus alrededores.

Durante la noche del Viernes Santo de 1810, mientras don Bernardo hacía penitencia en uno de los calvarios (colinas) que rodean el lugar conocido como El Potrero, vio una luz que llamó su atención. Atraído por la curiosidad descendió del calvario para averiguar su procedencia y se vino a topar con un crucifijo que semienterrado sobresalía de la tierra. Don Bernardo pensó que aquel descubrimiento se debía a los efectos de la erosión que lentamente había ido desenterrando la imagen pero también creyó que se trataba de una iniciativa divina.

El crucifijo fue llevado en procesión hasta la iglesia de Santa Cruz de la Cañada. Sin embargo, la tradición cuenta que volvía a aparecer en el mismo lugar donde había sido hallado. Esto ocurrió tres veces, después de lo cual los vecinos del Potrero, con don Bernardo a la cabeza, se convencieron de que había que construir una capilla para albergar el crucifijo.

Hay una carta del P. Sebastián Álvarez aconsejando al obispo de Durango que otorgue el permiso para que se pueda construir la capilla en el lugar donde el crucifijo fue encontrado. En dicha carta el párroco de la iglesia de Santa Cruz de la Cañada ya hace referencia a los hechos extraordinarios y curaciones que están ocurriendo en Chimayo y su convencimiento de que una iglesia en tal vecindario hará mucho bien a las familias que viven allí.

La capilla dedicada al Cristo de Esquipulas se construyó en una propiedad de don Bernardo Abeyta. Él y sus descendientes fueron los dueños de la capilla hasta 1929, cuando John Gaw Meem, en nombre de la Sociedad Preservacionista de Iglesias y Misiones de Adobe de Nuevo México, la compró a la familia Chávez.

John Gaw Meem, presidente de la Sociedad Preservacionista, lideró los trabajos de restauración de la capilla. Poco después la capilla fue donada a la iglesia católica.

HISTORIA: ¿Cuándo se construyó el Santuario de Chimayo?

El Santuario de Chimayo comenzó a contruirse en 1813 y no se terminó hasta 1816. Los testimonios que nos han llegado coinciden en afirmar que las personas implicadas en la construcción de la primera capilla dedicada al Cristo de Esquipulas trabajaban solamente durante una determinados meses (verano) y se dedicaban a otros menesteres el resto del año.

sábado, 2 de junio de 2012

LIBROS/ El Santo Niño de Atocha en el Santuario de Chimayo

HAZ CLIC EN LA FOTO PARA SU AMPLIACION




























El P. Julio González, S.F., ha publicado "The Holy Child of Atocha. El Santo Niño de Atocha en el Santuario de Chimayo" (Hijos de la Sagrada Familia; New Mexico, 2012). La edición del libro es bilingüe –en inglés y español– y consta de 72 páginas con ilustraciones del Santo Niño de Atocha, fotografías del Santuario de Chimayo y un mapa de la zona en donde se ubican la capilla del Cristo de Esquipulas y la capilla del Santo Niño de Atocha.

La capilla del Santo Niño de Atocha fue construida en 1857 por Severiano Medina, pero ha sido ahora, algo más de 150 años después, cuando se publica el primer libro sobre esta capilla, la devoción al Santo Niño de Atocha y la tradición de llevarle zapatitos.

Hacía falta una publicación que respondiese a las preguntas de los peregrinos y visitantes. Algo que el P. Julio González, S.F., ya había hecho al escribir hace cinco años un breve historia de la capilla del Cristo de Esquipulas; sin embargo, el Santo Niño de Atocha seguía siendo un misterio para los visitantes que no entendían que el Niño Jesús se mostrase dormido en su capilla y estuviera acompañado de cientos, sino de miles de fotos y zapatitos de bebé.

El P. Julio comenta que él mismo se sorprendió cuando visitó el Santuario de Nuestra Señora de Atocha en Madrid (España) y uno de los sacerdotes al servicio del santuario le dijo que no entendía porque la gente llevaba golosinas y zapatitos a la Virgen. "Los zapatitos y las golosinas no son para la Madre", le dijo el P. Julio, "sino para el Hijo". "Este es un misterio todavía sin resolver", comenta el P. Julio, "¿cuándo, cómo y por qué, el Santo Niño saltó de los brazos de Nuestra Señora de Atocha en el Nuevo Mundo?..., porque sabemos que el Santo Niño de Atocha llegó a México en los brazos de su Madre, no así a New México, pues aquí llegó en los brazos de don Severiano Medina".

El libro sobre el Santo Niño de Atocha también nos ayuda a entender mejor la historia de las peregrinaciones y devociones en el Santuario de Chimayo. "El Santuario de Chimayo no es solamente la capilla del Cristo de Esquipulas", dice el P. Julio, "sino que acoge dos capillas y dos espiritualidades que se complementan mutuamente".

— La capilla del Cristo de Esquipulas

La imagen del Cristo crucificado de Esquipulas nos recuerda que el sacrificio del Hijo de Dios no pesa como un yugo de condenación sobre los seres humanos debido a nuestros pecados, sino que es un instrumento de reconciliación y salvación para todos.

El sufrimiento del Crucificado nos inspira a encarar nuestros propios sufrimientos, debilidades, dolores, negaciones y traiciones. ¡Dichoso aquél cuyo sufrimiento y dolor en lugar de hundirle en la fosa de la desesperación, le transforma en prenda de misericordia y perdón!

— La capilla del Santo Niño de Atocha

La imagen del Santo Niño dormido nos muestra el lado más humilde, desconocido y silencioso de Jesús: el recuerdo de su infancia y juventud junto a María y José en Nazaret. La espiritualidad de la infancia y de la Sagrada Familia nos presenta la inocencia, la pureza, la alegría, la humildad, el calor del hogar, los colores de la naturaleza, las aves del cielo..., como señales inequívocas de un Dios que, antes que juez y árbitro de las naciones, es sobre todo: Padre.

"Estoy convencido", dice el P. Julio, "que los peregrinos y visitantes del Santuario de Chimayo encontrarán algo, por pequeño e insignificante que sea, que les ayudará en el viaje de la vida, pero hay que estar vigilantes y alerta; ah!, y tener paz en el corazón, de lo contrario, hasta la belleza de las aves y los lirios del campo nos pasan desapercibidos o, incluso, nos molestan".

viernes, 6 de abril de 2012

Viernes Santo 2012























La peregrinación ha comenzado. La primera hora de camino desde Santa Cruz de la Cañada hasta el Santuario de Chimayo apenas se nota en las piernas de algunos peregrinos. Seguimos la procesión que acompaña al Cristo de Esquipulas. El Arzobispo de Santa Fe (New Mexico, USA), Michael J. Sheehan, es el guía espiritual de estos peregrinos y de nuestra diócesis.


















Los Caballeros de Vargas, organización adscrita a la Catedral de Santa Fe, participan en la procesión llevando el estandarte de La Conquistadora, también llamada Nuestra Señora de la Paz.





















Arzobispo Michael J. Sheehan, caminando junto a otros peregrinos de la arquidiócesis de Santa Fe, en New Mexico (USA). Estamos llegando al Santuario de Chimayo. Son las 10:30 de la mañana.

















Una multitud se une a la procesión en los aledaños del Santuario de Chimayo.

















El Arzobispo Michael J. Sheehan dirige la oración y bendición de los peregrinos. Este Viernes Santo, además, le presentamos la nueva imagen que minutos depués sera ubicada en el Santuario de Chimayo: el Santo Entierro, obra del reconocido artista local Felix Lopez.

















La peregrinación del Viernes Santo reúne a todas las generaciones.

















Los canales de televisión 4 y 7 de New Mexico un año más en el Santuario de Chimayo.

















Peregrinos comiendo en el parking del Santuario. Les dije que tal vez el próximo año tengamos un área de descanso para que los peregrinos coman a la sombra, escuchando el rumor del río Santa Cruz.

















Como estaba la plaza? Abarrotááááááá.

















Los peregrinos ejercitan la virtud de la paciencia y de la fortaleza (en cuanto a piernas se refiere) esperando poder acercarse a agarrar un puñado de tierra bendita del Santuario.

















La capilla del Santo de Niño de Atocha junto con la del Cristo de Esquipulas son las dos capillas principales del Santuario.

















Peregrinos observando los "zapatitos" que algunos devotos del Santo Niño de Atocha han dejado para que se los podamos cambiar cuando los del divino niño se desgasten.

















Interior de la capilla del Santo Nino de Atocha.





















Entrada a la habitación del Santo Niño de Atocha.

















Algún que otro peregrino sufre un golpe de calor. Casi siempre los mas jóvenes, no por débiles sino por inexpertos.

















Al fondo, la capilla del Santo Niño de Atocha (Santuario de Chimayo)

















Al fondo, la capilla del Cristo de Esquipulas (Santuario de Chimayo).